Turno para el Mendicante

Un mendigo pide a otro mendigo, este es el boceto inicial. La mendicidad, como asalto del destino, como posible y fatal modo de vida, o como elección mística de ascetas y anacoretas antiguos, está insertada en el fondo de todos nuestros corazones. Con este boceto describí esta condición, y siempre teniéndolo al frente, compuse Turno para el mendicante. 

El encuentro entre mendigos se transformó en otro encuentro: el de una fila de individuos que parecen esperar su turno para… ¿Para qué se formaría una fila para hablar con un desposeído?

El conjunto de personajes hace fila y cada uno, a lo largo del proceso de formación y transformación que los llevó a aparecer (imágenes fugaces pero fotografiadas), multiplican los seres que piden su turno.